¡Biiien! Ya hay 5 participantes, me encanta, muchas gracias Sawako-chan, por participar, muchas gracias, gracias a todos los participantes ^^
Pues eso, que participa en narración, aquí os lo dejo:
La noche tiene vida propia
Aquel día Marta hizo lo mismo de siempre: se levantó a las 7:10, desayunó tranquilamente mientras veía las noticias, hizo la cama... nada fuera de lo normal. El 31 de Octubre de 2011 amenazaba con ser un día monótono como cualquier otro, hasta que escuchó algo que la dejó petrificada; al parecer había aparecido una chica muerta en un parque a poca distancia de donde ella se encontraba, parque que debía recorrer todas las noches al volver del trabajo. Conmocionada, Marta soltó la tostado que sostenía en una de sus manos y se acercó todo lo que pudo al televisor.
Ante ella aparecía una chica de unos treinta años totalmente ensangrentada. La presentadora de las noticias había dado a entender, con otras palabras, que el asesinato había sido tan espantoso que la victima había quedado irreconocible. "Una pena", pensó Marta. Inmediatamente después apagó la televisión y, armándose de valor, volvió a la realidad. Bajó las escaleras dejando las malas vibraciones en ellas y, sin titubeos, se dirigió a su trabajo. Un poco de música le bastó para olvidarse de lo que hacía minutos había escuchado.
Empezó a caminar con los cascos puestos y la mirada al frente. Ese día decidió no atravesar el parque que le servía de atajo para llegar al trabajo por culpa del asesinato y caminó veinte minutos mas de lo normal. Exhausta, llegó por fin a la cafetería donde trabajaba. La jornada laboral fue larga y tediosa. Marta tuvo que hacer tanto el turno de día como el de noche. Eran ya las 2:00 del 1 de Noviembre cuando abandonó su lugar de trabajo, antes de esto se percató de que fuera había empezado a llover, por lo que tomó uno de los paraguas que habían a la entrada de la cafetería, las señoras mayores siempre los olvidaban en el paraguero y las camareras se apoderaban de ellos. Además de un paraguas, Marta sacó un pequeño gorro tejido a mano por ella misma para protegerse del frio.
Aquella noche era especialmente oscura. El cielo aparecía imponente ante una ciudad dormida, dejando caer toda su furia sobre ella. El asesinato de la noche anterior había despertado en Marta algo mas que miedo, se veía a sí misma encarnando el papel de aquella chica. Intentó usar un método de distracción que ya le había funcionado esa mañana; la música. Para su sorpresa su móvil se había quedado sin batería, por lo que la música era un opción descartada. Siguió caminando. Entonces, y sin saber por qué, decidió introducirse en el parque del asesinato. Aunque tenebroso, este era la manera mas rápida de llegar a su casa.
Ese día no había ni un alma en el parque. Ni adolescentes borrachos, ni coches, ni policías.... nadie. Sólo ella, sus miedos y la noche. Esta parecía estar espiándola desde detrás de cada árbol. El viento le susurraba palabras vacías que se disipaban entre las penumbras de la oscuridad. Marta seguía aferrada a la idea de que ella no correría con la misma suerte que tuvo la chica que había muerto el día anterior en aquel lugar. Pero lo que Marta olvidaba es que la noche tiene vida propia y cuando entras en sus dominios estás retándola directamente. Escuchó pasos, alguien la estaba siguiendo.
Sigilosamente miró atrás.Tan sólo un segundo le bastó para escudriñar completamente a aquel misterioso individuo: era un hombre de unos 40 años, llevaba una cazadora gruesa y una bufanda a juego, ademas tenía las manos en los bolsillos intentando huir del frio polar que hacía esa noche. Después de aquella ojeada Marta se giró y no volvió a mirar. Los pasos se detuvieron, pero el corazón de Marta seguía latiendo con la misma intensidad. Siguió su camino más calmada, pero de repente una ventizca helada hizo que su gorro volará por los aires y se arrastrarse por el suelo. Marta fue tras él, hasta que lo cogío. Al levantar la cabeza notó como todo su cuerpo se le estremecía, había visto algo, a alguien.
- Hola Marta, ¿Que tal estás? -ante ella aparecía una figura tenebrosa. Era el hombre de hacía un rato.
- ¿Quien es usted y como sabe mi nombre? -replicó ella.
- Tranquila, soy un amigo -dijo él, a la vez que esbozaba una sonrisa macabra.
- Perdone, pero no lo conozco -se puso su sombrero y se dio media vuela. Sintió como le agarraban el hombro y le susurraban al odio:
- ¿Recuerdas el día en que nos conocimos? Tú llevabas esa falda de color rosa que tan bien te queda. Yo sólo pedí un café y tú no tomaste nada. Tuvimos una charla agradable, aunque corta.
Marta no entendía lo que aquel ser extraño le contaba, pero él prosiguió con su relato:
- Al final pagué yo. Siempre pago yo.
- No sé de que está hablando -espetó ella por fin, aunque él parecía no escucharla.
- Desde ese día te estoy observando. Veo como vas y vienes de la cocina, como sonríes a los demás hombres. Esta es la razón por la que vine hoy a verte; quiero que solo me mires a mí.
Marta empezaba a comprender aquella extraña situación: aquel hombre estaba obsesionado con ella. Al parecer había acudido un día a la cafetería, ella lo había atendido y, por alguna razón absurda, él había interpretado este gesto como una muestra de amor.
- Aléjese de mí, voy a llamar a la policía -estas palabras le hicieron recordar que su móvil no tenía batería.
- Pero... yo sólo quiero hablar contigo -dijo él entre lagrimas- ¿Quieres decir que ya no me quieres? -empezaba a subir el nivel de su voz, pero en aquel parque solitario solo la oscuridad era testigo de lo que estaba pasando- ¿Conociste a alguien más?, es ese compañero tuyo... ya decía yo que no era una buena compañía.
Marta no daba crédito a aquella situación. De un tirón se soltó del perturbado y salió corriendo con dirección a ninguna parte. Este empezó a seguirle los pasos, gritando: "Déjame demostrarte que te amo". Marta aumentaba la velocidad por segundo, su corazón estaba totalmente desbocado. Dejó caer el paraguas, el bolso e incluso su preciado gorro, hasta que finalmente calló ella. En ese momento se dio cuenta de algo: se había metido en un lodazal. Estaba estrategicamente posicionada entre dos arbustos que la cubrían de su agresor. Miró a la derecha y no vio nada, volvió la vista a la izquierda y tampoco. Entonces, confiada, se puso de pie. La imagen de la cara embarrada de barro del hombre la dejó petrificada. Un grito ahogado golpeó cada uno de los arboles del parque y a continuación empezó nuevamente la persecución.
El lodazal la hizo resbalar y volver a caer, esta vez se golpeó tan fuerte la cabeza que perdió el conocimiento. Al despertarse una extraña luz bañaba su cara, en un primer momento pensó que estaba muerta pero luego se dio cuenta de que era el sol. Había amanecido. Al parecer había estado toda la noche inconsciente en el suelo. Dio un salto de alegría, estaba viva y había demostrado que ella no es de esas que pierden la vida a manos de un desalmado, ella era diferente. Orgullosa, y aun embarrada, se dirigió a casa.
Eran ya las 7:10, su día empezaba de nuevo. Aunque un poco mas cansada hizo lo mismo de siempre: desayunó, hizo la cama y por ultimo encendió las noticias. Sintió una especie de Déjá vu, una nueva chica había aparecido muerta en el parque. Subió el volumen de la tele, se sentó en la cama y escuchó atentamente lo que decían:
"Una chica de unos 26 años ha aparecido muerta la mañana de hoy. Al parecer la chica sufrió un golpe brutal con una roca al caer al suelo. Ya ha sido identificada por sus familiares. Aunque no se nos permite decir su apellido, podemos decir que nombre es Marta. Recordemos que ayer otra chica..."
En ese momento se dio cuenta de que la chica que había aparecido muerta era ella. Pero era imposible, ¿cómo podía estar viendo la noticia de su muerte?. La joven Marta había olvidado que en la noche de todos los santos los muertos vuelven por un momento a la vida, ella no sería la excepción. Y no, no había muerto a manos de un desalmado, había muerto huyendo de él.
¡Menos mal que no se cancela el concurso! Me habría dado mucha rabia, la verdad ^^U
ResponderEliminarAhora sólo queda empezar a leer todos los relatos, así que me pondré a ello.
Saludos ;)